miércoles, junio 06, 2007

ACC Experience

Actualización: Ya colgue alguna fotos en Picasa. Son muchas, e ire de a poco...

Como ya adelante, cumplí uno de mis sueños.

Cuando empecé a navegar, había un ritual después de cada regata: se imponía tomar un té en el Tequila (Tito si que tenia paciencia) y hablar de barcos y regatas. Nos pasábamos las horas comentando tácticas, resultados y novedades. Naturalmente, de todas las regatas siempre sobresalían dos: la Copa del América y la Withbread Round the World Race (actual Volvo Ocean Race). Son el mundial de la vela, donde se encuentran los mejores barcos y los mejores navegantes del mundo.

Pero... La Copa del América es especial. Es el orgullo de los que navegamos: el titulo deportivo en juego mas antiguo del mundo, una competencia donde se juega mas que una copa. No hay segundo.

La primera que seguí fue la de 1992. El America 3 vs el Moro de Venecia...

Asi comenzo el sueño: quien pudiera subirse a esos barcos... Esos veleros increíbles eran parte de una fantasía casi imposible de cumplir...

Todo esto hasta hace unas semanas...

Siguiendo la competición este año, que se corre en Valencia, me encontré con el America's Cup Class Experience: tres horas encima del GBR 55 (cuarto en la copa Louis Vuitton del 2000), formando parte de la tripulación y navegando, no como meros espectadores...

Aquí una foto del barco:


Llegue sobre las 12:00, me puse mis botas de navegar, y espere la señal de la tripulación para subir a bordo. Luego de una pequeña introducción, se reparten los trabajos a hacer. El mio: las burdas o runner (casualmente, mi primer puesto a bordo de un barco de regatas, el Flic).

Una vez claro todo, salimos a la mar, justo al mismo tiempo que el Team New Zealand y el Luna Rossa, que iban a correr la cuarta regata...

Las condiciones del tiempo fueron excelentes: vientos de 6 a 8 nudos, poca ola, no mucho sol... Todo ideal...

Y el barco... Que decir... INCREÍBLE!!! Lo primero que me llamo la atención es que necesita el trabajo de toda la tripulación. Nada de navegarlo en solitario: es imposible. Se necesitan 17 personas para que el barco se mueva. Por lo demás, es rápido, ágil y estable. El espacio es poco, y todo los aparejos tienen un sentido.

A mitad del recorrido, la pregunta esperada: "Alguien quiere timonear?". De mas esta decirles que fui el primero en saltar... Fue una sensación imposible de describir, completamente inolvidable...

Este es el único testimonio fotográfico del momento:


El de las botas negras soy yo :)

Todos aquellos que estén cerca de Valencia y que les guste navegar, les recomiendo esta experiencia. La tripulación es muy amable, el entorno es maravilloso y el barco es único. Se van a divertir, y van a poder palpar a parte de la historia de este deporte...

Para terminar un día redondo, me encontré, en las marinas, con Paul Cayard. Si, el mismo que llevo al Moro a la final de la Copa del América. Uno de mis héroes en este deporte:


Casi le pido un autógrafo... pero logre contenerme...

Lo que se dice un día completo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Javier, por casualidad llegue a leer tus comenatrios sobre la experiencia ACC y me alegré mucho al leerlo. Porque soy la chica que llevaba la logisitca de tierra, contacto con clientes y leer tus comenatrios tan entusistamdos de la experiencia (que la considero unica) es 'recompensar' mi trabajo.